Los SSD son más:

• Rápidos, ya que tienen tiempos de acceso y lectura y escritura menores.
• Duraderos, porque resisten mejor los golpes y las caídas.
• Eficientes energéticamente, ligeros y silenciosos.

Los discos duros siguen siendo una buena opción cuando se priorizan el coste por terabyte, la capacidad general y los flujos de trabajo para centros de datos de nivel empresarial.

Los discos de estado sólido usan un almacenamiento no volátil, lo que significa que mantienen la información intacta tanto encendidos como apagados. Al almacenar los datos como cargas eléctricas en celdas NAND flash, los discos de estado sólido protegen la información incluso cuando se quedan sin corriente.

Los discos de estado sólido escriben datos aplicando cargas eléctricas a celdas de memoria flash. Usan un proceso llamado "ciclos de programación y borrado" (ciclos P/E) para alterar el estado de estas celdas y almacenar la información.

Los discos de estado sólido leen los datos mediante la comprobación de la carga eléctrica de cada celda. Pueden acceder directamente a estas celdas, por lo que son capaces de obtener los datos rápidamente en comparación con los discos duros tradicionales.

Cuando se gestiona contenido y hay que eliminar un archivo, los discos de estado sólido marcan las celdas correspondientes como no válidas. En realidad, los datos se borran más tarde, lo que ayuda a los discos de estado sólido a gestionar el espacio de almacenamiento de forma más eficiente.